Archives

Mi película favorita en mi niñez era Espartaco, con Kirk Douglas. Cuando el ejército de esclavos estaba conquistado y en cadenas, el general Romano dijo, “Denme a Espartaco, y esclavos eran, y esclavos serán. Si no, todos ustedes van a morirse en la cruz.” Espartaco no podía dejar eso pasar,  y estaba al punto de anunciarse, cuando su mejor amigo se paró mas rápido y gritó, “¡Yo soy Espartaco!” Entonces otro, y otro mas, y todos empezaron a gritar, “¡Yo soy Espartaco!”

Cado uno que tiene valor, que tiene alma, que tiene un fuego en su corazón, aun si un esclavo en cadenas, es noble, tiene dignidad y esperanza. Es un esclavo hecho héroe, un carpintero hecho dios. Y cada uno que se fija en el sufrimiento del mas oprimido, y se siente un poco de lo que ese humano siente, cada uno que toma responsibilidad por el trato ajeno, comparte el corazón de humanidad.

Yo no voy a pretender que soy hispano. Soy judío con antepasados del noreste de Europa, como Kirk Douglas (que no era esclavo y no se murió en la cruz). Pero somos un pueblo, una raza, gente unida por la mente, el corazón y la historia mundial que compartimos. El destino ajeno es el destino propio. Su destino es el mío. Sus esperanzas son mis esperanzas. Su lucha es mi lucha. Porque  justicia no existe si no existe para todos. Es un desafío compartido.

Tampoco debemos creer que la lucha por justicia para los hispanos es algo que existe aparte de la lucha por justicia para todos los demas. Somos un pueblo, con una lucha, con una meta: Que la humanidad se haga mas consciente, que toda la gente de buena voluntad se junta en contra de injusticia y en servicio de la razón y humanidad. Así somos un pueblo. Así somos invencibles.

Topics